Mi fin de semana transcurrió entre La Paz, Oruro y Obrajes.

El primer dia, caminé por toda La Paz con mi mochila super pesada y miles de chompas encima. (Me sentí turista) Compré cosas para Juanito y las rebajas (mi canon XSI) y cené sandwich de huevo preparado con amor de madre por una amiga que no come sal.

La primera noche dormí en un sleeping en el suelo frio de La Paz, con un cierto temor a los íncubos que habitaban la casa de mi anfitriona.

El segundo día por fin pude bañarme! Desayuné tostadas. Fui a pasar clases de Literatura, aprendí que tragedia no significa lo que todos pensamos y que la expresión: «mi vida es una tragedia» no tiene ni pizca del sentido que queremos darle. Almorcé super rico: choclos, aceitunas, queso y jamón (sin picar y sin calentar, todo directo de la bolsa a un plato). Le dije «te quiero mucho» a la amiga que no come sal. Es cierto.

La segunda noche dormí en Oruro, en un hotel de 120bs mirando tele y con la intención de quedarme viéndola hasta que los ojos ya no los pudiera mantener abiertos, y de aburrimiento hasta traté de encontrar el canal XXX, sin suerte. Una eternidad después, tuve que apagar la tele y esperar a que fuera mi monólogo quien me dejara dormida. Tuve suerte.

El tercer dia, desayuné café con leche y huevos revueltos con tostadas, salí con el cabello mojado del hotel y sentí que se congelaba mi cerebro. Visité a todo el mundo, tomé fotos a la aduana de Oruro que se había incendiado, salieron feas. Almorcé con doble postre.

La tercera noche, las frazadas pesaban tanto que se me adormecieron las piernas como seis veces.

El cuarto dia desperté a las nueve y media, directo para una excursión cristiana con viejos amigos. Desayuné chocolate con leche y berlin con carita feliz. Fue un viaje no muy largo a Obrajes (no pude meterme a la piscina pq no llevé la ropa adecuada, y no podía entrar desnuda) así que me la pasé fotografiando gaviotas y patitos ♥ mi pobre cámara se llenó de arena y yo me quemé la piel del rostro, no llevé gorra pero alguien se ofreció a prestarme la suya, que ya venía mojada tras un peleado partido de beisbol.

La cuarta noche estaba tan cansada que no me di cuenta que no me había puesto las medias para dormir.

El quinto día mi viaje fue muy largo y demasiado sofocante.

Esta noche dormiré bien. I’m home.