Quiero amarte. Intensamente.
Llevarte a un barrio bonito y hacerte fotos.
En esas calles con nombres militares estaría bien, llovería y sobre nuestras cabezas se desangraría un jacarandá.
Besarte con timidez, que me correspondas al beso y luego me sonrías.
Que por primera vez las manos que acarician mi pelo no sean más grandes que las mías.
Quiero que digas mi nombre y que una mirada coqueta no signifique nada malo.
Que hagamos planes para la tarde del domingo, porque el tiempo se va y con él se va el amor.
Quiero que seas mi chica sin ningún compromiso más que tu propia intención de sentirte amada.
Quiero que el amor nos descubra amando
y que, cuando se haya ido, no haya heridas que curar.
Porque lo supimos desde el principio:
lazos como éste no se rompen con nada,
y seremos uno, a pesar de todo. Siempre.